miércoles, 1 de septiembre de 2010

REFORMAS NECESARIAS PARA LA SOCIALDEMOCRACIA

He venido retrasando este "post" mucho tiempo, sin embargo, después de darle muchas vueltas, he pensado que voy a ir poniendo "negro sobre blanco" algunas ideas que considero esenciales, posteriormente se irán añadiendo complementos.

Creo que a lo largo de estos meses ha quedado claro que para mí, la principal reforma que requiere la Socialdemocracia es la de su globalización, por lo menos a nivel europeo (tarea que creo factible y en la deberíamos estar trabajando de una manera prioritaria).

Ahora voy a tratar de esbozar qué otras medidas considero necesarias para poder sobrevivir a esta época convulsa en la que el liberalismo campa por sus respetos y el Estado del Bienestar pierde recursos y defensores.


El Estado del Bienestar es la razón de ser de la Socialdemocracia ya que es el instrumento que utilizamos para lograr la solidaridad y la igualdad de oportunidades entre los distintos grupos de la sociedad. Si el Estado del Bienestar no funciona adecuadamente, es ineficiente, no redistribuye los recursos adecuadamente o produce injusticias el resultado es que la gente que tiene que pagar muchos impuestos para su mantenimiento se irá poco a poco volviendo en su contra, es decir, el Estado del Bienestar perderá legitimidad y como consecuencia de ello, su gran enemigo, el liberalismo rampante ganará popularidad y adeptos.

En atención a lo anterior creo que las medidas de reforma necesarias para la modernización del Estado del Bienestar son:

     - Mejora de la eficacia y eficiencia de su funcionamiento.
     - Control del gasto.
     - Priorización del gasto.
     - Implantación de nuevas formas de gestión.

A continuación vamos a ir viendo lo que desde mi punto de vista deberían contener cada una de estas medidas:

- Mejora de la eficacia y eficiencia de su funcionamiento: Tal y como ya hemos señalado anteriormente, los problemas de legitimación del Estado del Bienestar radican fundamentalmente en la percepción por parte de cada vez sectores más amplios de población de un despilfarro excesivo y un funcionamiento deficiente de los instrumentos y herramientas que lo hacen funcionar. La implantación de evaluaciones, planificaciones estratégicas y el uso adecuado de los recursos, se convierten en instrumentos necesarios para frenar los problemas de legitimación que afligen al Estado del Bienestar. En este apartado creo que debemos romper uno de los tabúes más importantes de la vieja Socialdemocracia, a saber, gratis total para todos. El Estado del Bienestar siempre se ha basado en la gratuidad universal de la sanidad y la educación, sin embargo, no veo razón alguna para establecer un sistema que establezca la gratuidad total para las rentas "modestas" y establecer un sistema de pago proporcional en función del nivel de renta hasta llegar al pago total del servicio para las rentas más elevadas.
- Control del gasto: Como parte sustancial de la mejora de la eficacia y la eficiencia, nos encontramos con el control del gasto, en primer lugar se trata de lograr el máximo de eficiencia en el gasto, es decir, que un euro gastado en una política pública, tenga el máximo de efecto sobre el objetivo marcado. En segundo lugar, se trata de que efectivamente el dinero que vamos a gastar en la consecución de un objetivo planificado, consiga plenamente dicho objetivo. Otro de los problemas fundamentales a la hora de legitimar el Estado del Bienestar, consiste precisamente en que los ciudadanos en muchos casos perciben que determinados beneficiarios de determinadas políticas sociales (v.g. becas) no sacan todo el rendimiento de ellas o lo que es todavía peor, no deberían haber sido beneficiados por dichas políticas ya que por ejemplo su nivel de renta real, es muy superior al inicialmente declarado y que posiblemente es que le ha permitido el acceso a dicha ayuda. En este capítulo, es muy importante extremar la vigilancia, así, es preferible dedicar una determinada cantidad a control del gasto que no dedicar también esta cantidad a la puesta en marcha de estas políticas sociales y que no se controle o casi no se controle las personas que la reciben. Es decir, si tenemos un presupuesto de 100 para becas, es preferible gastar 70 en becas y 30 en control para garantizar fehacientemente que esas 70 han sido gastados correctamente, que no gastar los 100 en becas y que 30 hayan sido destinados a gente que no las merecía. Es decir, uno de los daños más importantes que puede sufrir el Estado del Bienestar es la percepción de los ciudadanos de que se está destinando un dinero a personas que no deberían beneficiarse de las actuaciones que se pagarían con ese dinero. Mi percepción es que resulta preferible gastar menos pero con la seguridad de que dichas ayudas llegan a la población que realmente las necesita. Dentro de este apartado, hay que hacer una mención especial al control de las rentas de los ciudadanos, ya que de nada nos servirá extremar los controles de tipo "burocrático" y no controlar la realidad de la situación económica de los ciudadanos. Así pues, dentro de este control de gasto, habría que establecer controles para verificar que efectivamente la gente que disfruta de los servicios del Estado del Bienestar, tiene pleno derecho a ellos en función de su situación socioeconómica.

- Priorización de objetivos: Vuelvo a repetir que uno de los problemas fundamentales que nos encontramos en la actualidad es la falta de legitimación del Estado del Bienestar por su alto coste para los ciudadanos. Ganar dinero es un trabajo muy costoso para la mayoría de la población, así pues, cualquier aportación económica que se le pida, deberá ir acompañada de una justificación plena de que estas cantidades de dinero se gastarán en beneficio pleno de las sociedad. Las necesidades sociales son variadas y podríamos decir que casi infinitas, sin embargo, no todas tienen la misma prioridad, así la sanidad y la cultura no pueden estar en el mismo plano, ya que todo el mundo estará de acuerdo en pagar unos impuestos para que cuando caiga enfermo se le atienda con celeridad y con la calidad necesaria para que su salud se restablezca lo antes posible. Sin embargo, puede que los ciudadanos ya no esté tan de acuerdo en que se gasten cientos de millones de euros en construir un palacio de ópera al que tal vez no vayan nunca en la vida. Nadie está diciendo que no se promuevan actividades culturales, deportivas o de otro tipo desde el ámbito público, sin embargo, este tipo de iniciativas (no esenciales), considero que se deberían sufragar en un porcentaje muy importante (por no decir en su totalidad) por tasas o precios públicos que pagaran los interesados en el uso de dicho recurso. En este apartado, creo que también es muy importante propiciar la promoción de este tipo de iniciativas desde el ámbito privado o en cualquier caso mediante el patrocinio de actividades desde este ámbito, no obstante, en el siguiente apartado, veremos con un poco más de detalle estas cuestiones.

- Implantación de nuevas formas de gestión: Otra de las "vacas sagradas" de la vieja Socialdemocracias es la gestión pública de los servicios públicos. Creo necesario de una vez por todas deshacernos de este viejo tabú y proceder de la manera más eficaz posible para la prestación del servicio público. La participación de la iniciativa privada o formas mixtas de gestión de los servicios públicos no debe ser un problema para la nueva Socialdemocracia, ya que tal y como hemos visto anteriormente debe primar la mayor eficacia y eficiencia en la consecución de los objetivos. Normalmente, desde los sectores progresistas de la sociedad se ha relacionado a la intervención privada en los servicios públicos con la baja calidad del servicio, sin embargo, esto no tiene por qué ser así, ya que la Administración en cualquier caso es la que establecerá las condiciones y los controles necesarios para garantizar que los ciudadanos reciben el mejor servicio posible al menor coste. Creo que ni siquiera en servicios esenciales como la sanidad y la educación deberíamos cerrarnos a nuevos tipos de gestión que se pudieran demostrar más eficaces y eficientes, ya que como he señalado anteriormente en la concesión de este tipo de servicios se podrían establecer las condiciones y los controles de prestación del servicio. Esta filosofía también se debe trasladar a aquellos ámbitos dónde sean los trabajadores públicos los que presten el servicio, ya que el modelo funcionarial debería estar únicamente reservado a casos muy particulares (fe pública, ejercicio de autoridad, judicatura...), propiciando en los demás casos relaciones laborales sin ningún tipo de "privilegio".

En definitiva, he querido aportar en este post unas pinceladas de los que considero cuatro puntos necesarios de reforma de la vieja Socialdemocracia. Ya sé que no son reformas fáciles de llevar a cabo y estoy seguro de que todavía existirá mucha resistencia interna dentro de la propia socialdemocracia, ya que los sectores más ortodoxos tienen una grave dificultad para aceptar cambios que nos acerquen a la nueva realidad del momento, sin embargo, esta realidad está ahí: El Estado del Bienestar está muy cuestionado y las doctrinas liberales campan por sus respetos en casi todos los ámbitos de nuestra sociedad. Hasta que no podamos refundar un movimiento Socialdemócrata de ámbito europeo, deberemos adaptarnos a las circunstancias actuales redefiniendo nuestro discurso y promoviendo cambios en el Estado del Bienestar que acerquen nuestras propuestas a la mayoría de una población que de otro modo nos acabará dando la espalda, permitiendo por acción u omisión un triunfo del pensamiento liberal, es decir, que cada uno se la apañe como pueda.

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