jueves, 7 de octubre de 2010

De la Huelga General y los Sindicatos

Creo que todos estamos de acuerdo en que la Huelga General del pasado 29S sólo la podía ganar Rajoy y es que si era todo un éxito, el gobierno Socialdemócrata se debilitaba y si era todo un fracaso los sindicatos se debilitaban y si la cosa quedaba en tablas (como parece que así ha sido) se debilitaban mitad y mitad.



La Socialdemocracia necesita de los sindicatos, ya que son organizaciones que aglutinan o deberían aglutinar a las clases trabajadoras que desde mi punto de vista son nuestra razón de ser, ya que la Socialdemocracia se inventó para garantizar la igualdad de oportunidades y nadie más que las clases trabajadoras necesitan de esta garantía. Todos aquellos que nuestro patrimonio se limita a una casa (normalmente hipotecada), una casa en el pueblo (o tal vez en la playa), uno o dos utilitarios y algunos ahorros (parte de ellos en acciones), somo los que más necesitamos una sanidad gratuita de calidad (porque nosotros no podemos ir a EEUU a tratarnos un cáncer) y una educación de calidad (porque nosotros no podemos llevar a nuestros hijos al SEK) y unos servicios sociales gratuitos y de calidad (porque si algún día nos vemos dependientes no podemos pagar una persona que nos atienda las 24 horas del día).


En cambio hay que reconocer que nuestros sindicatos son un desastre. Los socialdemócratas siempre tenemos en la boca lo ideal que es el sistema nórdico, sin embargo, parece que nos empeñamos en hacer justo lo contrario que hacen allí arriba.


Un sindicato tiene que ser ante todo un instrumento de protección de la clase trabajadora. La unión hace la fuerza, por eso, un sindicato además de luchar por mejorar las condiciones de trabajo de los asalariados, debería proveer una serie de servcios de utilidad para sus afiliados.


Vamos a los casos concretos. El servicio estrella de cualquier sindicato es el asesoramiento jurídico ya que no hay nada que más pueda reconfortar a un trabajador con problemas que un buen equipo jurídicos que le saque las castañas del fuego. Pues bien, en UGT (mi sindicato socialdemócrata) la asistencia jurídica es nefasta, ya que se suele atender muy tarde y mal. A pesar de la profesionalidad del equipo que atiende, la cantidad de trabajo que tienen, les impide proporcionar un buen asesoramiento y acompañamiento jurídico al afiliado.


Así, nos encontramos que uno de los que debería ser un servicio esencial del sindicato, no funciona correctamente. Igualmente enlos países nórdicos los sindicatos facilitan a sus afiliados una formación de alta calidad tanto para la promoción profesional como para la recolocación en caso de pérdida del empleo. Allí no funciona el curso "a granel". Allí la formación es una de las cuestiones más serias que puede proporcionar el sindicato y por lo tanto se establecen itinerarios formativos y se facilita una formación muy apegada a las necesidades reales de las empresas, logrando que la empleabilidad de los trabajadores afiliados sea muy alta.


Tal vez estos sean los ejemplos paradigmáticos de los servicios esenciales que un sindicato debe proveer, sin embargo, también podemos destacar los siguientes: cooperativas de viviendas, cooperativas de consumo, vacaciones, becas para estudios, créditos....


En España los sindicatos parecen trabajar a medio gas. La afiliación es muy baja porque los trabajadores no logran ver la utilidad de estar afiliado y muchos de ellos ni siquiera ven la utilidad de los mismos. La huelga general debería haber servido de revulsivo para afrontar una reforma profunda de las estructuras sindicales y reformular sus objetivos y prioridades. De lo contrario estaremos tirando piedras contra nuestro propio tejado, ya que unos sindicatos débiles hacen más débil a la Socialdemocracia.

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