Otro de los problemas fundamentales a los que nos enfrentamos los socialdemócratas es la división en distintos compartimentos ("compartimentalización") de la sociedad en la que convivimos.
Tal vez hemos enterrado demasiado pronto a Marx pero en la cuestión pública sigo pensando que la diferencia principal a tener en cuenta debe ser la capacidad económica. Cualquier otra cuestión a la que tratemos de dar más importancia que a ésta, estará socabando uno de los principios básicos de la socialdemocrácia.
A mi entender los grandes poderes económicos, con el objeto de debilitar a la socialdemocracia, han pretendido siempre crear grupos más o menos artificiales y dotarles de interés y poder político. Así nos encontramos que el grupo social de poca capacidad económica queda en un segundo plano con respecto a las mujeres, los jóvenes, los consumidores, los ecologistas, los discapacitados, los extranjeros, los catalanes, los andaluces, los españoles....
Todos los que participamos en estos grupos más activamente que en el que nos define como clase social estamos haciendo un flaco favor a la socialdemocracia ya que ésta no comprende si hay que votar a Esperanza Aguirre porque sea mujer o no votarla porque es tremendamente reaccionaria. Siguiendo con el argumentario, un joven tiene una situación de precariedad porque es joven o porque no tiene recursos... y así hasta el infinito. ¿No sería más razonable que los que tenemos pocos recursos nos unamos para tratar de mejorar nuestra situación material?
En fin, mi conclusión es que los socialdemócratas estamos perdiendo el norte cuando en el senos de nuestras organizaciones damos más peso al feminismo o al nacionalismo (por poner dos ejemplos claros) frente a la cuestión social que debe ser el norte que nos guíe en todas y cada una de nuestras actuaciones.
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